Opinión

Tamaulipas va bien.

El próximo 6 de junio México llevará a cabo las elecciones más grandes de su historia, se elegirán más de 21 mil cargos a elección popular y solo en Tamaulipas se elegirán 544. Las campañas en el estado comienzan el 19 de abril. Empezará la oferta de unos y de otros. Muchas ciudadanas y ciudadanos están hartos de la propaganda, de las ofertas que no se cumplen, de los políticos que prometen en campaña y desaparecen en gobierno. Mucha gente piensa que todos los políticos son (somos) iguales y que la decisión se reduce a elegir al “menos malo”. Yo creo que eso es falso.

Entré a la política pensando que si los ciudadanos comprometidos participaban, la política podía cambiar. Llevo ya algunos años en esto y sigo creyendo lo mismo. Pienso que en los últimos años Tamaulipas ha cambiado para bien. Que si un gobierno fuera lo mismo que el otro, que si no hubiera mejores políticos y mejores gobiernos, Tamaulipas seguiría siendo, como lo era antes de 2016, uno de los estados más letales del país. En cambio hoy estamos entre los seis estados con menor incidencia de crímenes de alto impacto, es decir, secuestros, homicidios, robos y extorsiones. Ya no vivimos con miedo y podemos transitar seguros a lo largo y ancho de nuestro territorio.

Tamaulipas nos ha devuelto la confianza. Hoy es un estado que respeta los derechos y las leyes. La violencia, la impunidad y la incertidumbre son parte de nuestro pasado e historia, pero no de nuestro presente y de nuestra identidad. Por eso, somos el tercer lugar en Inversión Extranjera Directa y el segundo lugar entre los mejores estados para invertir y establecer negocios.

Vivimos en un estado que resuelve problemas. Durante la pandemia, el gobierno de Tamaulipas ha emprendido acciones y programas para apoyar a sus ciudadanas y ciudadanos: se han acercado servicios de salud, educación y trámites administrativos gratuitos a las familias que más lo necesitan.

Claro, siempre faltan cosas por hacer. Pero creo que en las elecciones es importante recordar en dónde estábamos y en dónde estamos hoy, como estado y como país. El nivel de avance observado en Tamaulipas es equivalente al nivel de retroceso que se ve en el país. No sorprende que quieran golpear a quien destaca.

Así entiendo yo los ataques a nuestro gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, que una y otra vez ha dicho que estamos trabajando en “el estado que queremos heredarle a nuestros hijos”.

Nuestra responsabilidad como representantes es demostrar que la vida con buenos gobiernos puede ser buena, que sí hay diferencias reales y de peso entre las opciones políticas. Ese es el gran reto democrático al que nos enfrentamos y que vamos a asumir con responsabilidad. Que Tamaulipas sirva de ejemplo de que las cosas se pueden hacer, se pueden hacer bien y que cuando los gobiernos atienen a su electorado, pueden ser una transformación de verdad.

Por: Edmundo Mon Marón 

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