¿Qué hacemos las diputadas y los diputados?
Entre las preguntas más difíciles de responder en política está el explicar bien a bien qué hace una diputada o un diputado. Para empezar, nadie en una asamblea hace lo mismo que los demás: hay quienes se especializan en los temas de una comisión, otros se dedicarán a negociar entre los grupos parlamentarios, la conducción de la Mesa Directiva requiere de una imagen de confiabilidad entre los partidos, por decir algunos de muchos roles que se juegan al interior.
Si es complicado explicarlo así, se vuelve casi imposible si cada persona en el distrito tiene su propia idea sobre qué deberíamos estar haciendo. Cierto, entre nuestras funciones está atender las necesidades de quienes nos eligieron a través de la gestoría o presentar y cabildear iniciativas, pero hay quienes nos ven como a una versión política de Santa Claus.
Agreguemos otro nivel de complejidad: el paso de la legislatura local al Congreso de la Unión. Aclaro: cada nivel de gobierno tiene sus funciones y competencias igual de relevantes cada una y ninguno es mejor o superior al otro. Sin embargo, reconozco que es completamente distinto que 36 personas interactuemos, que tratar de identificar a 500.
También las actividades y responsabilidades se vuelven más complejas a nivel federal. Si un órgano legislativo es la caja de resonancia de cuanto sucede en un estado, en caso de una legislatura local o del país en el caso de la Cámara de Diputados federal, nunca acabaríamos si todos los asuntos se trataran directamente en el pleno.
Para resolver ese problema, se diseñaron las comisiones legislativas, que son grupos de diputadas y diputados que nos especializamos en temas distintos, para presentar iniciativas de ley, elaborar dictámenes que se nos turnan y vigilar al gobierno en los asuntos que nos competen. Con este fin, debemos estar en contacto permanente no solo con las instituciones públicas, sino con la academia, la sociedad civil organizada y la ciudadanía en general. Cada diputada o diputado debe pertenecer a máximo tres comisiones.
¿De cuáles comisiones formo parte? Soy integrante de Derechos Humanos y Pesca, además de presidir la de Asuntos Migratorios. Las dos primeras tienen claros sus objetivos, y estaré muy al pendiente de las peticiones de mi distrito en esos temas. Quiero hablar sobre la comisión que presidiré, y qué pueden esperar de mí en estos tres años.
Hay un término que se usa mucho en los pasillos de San Lázaro: la transversalidad. Significa que todos los problemas públicos tienen muchas vertientes, y que es imposible resolverlos si no se abordan desde esas distintas perspectivas.
Por ejemplo, la gente migra a otros países por las condiciones de pobreza, falta de oportunidades o inestabilidad política en sus países; además que se espera que el cambio climático haga que muchas personas más emigren. Sin embargo, hay comisiones que trabajan esas causales como Bienestar, Educación o Cambio Climático. Con esas comisiones, así como otras como las de Asuntos Fronterizos, tendremos una relación de comunicación y trabajo permanentes.
Tampoco la Comisión de Asuntos Migratorios tiene facultad para tratar directamente con el grave problema de migración centroamericana: eso les corresponde a las autoridades del gobierno federal y el estatal. Sin embargo, eso no implica que no tengamos responsabilidad en contribuir a resolverlo: nos toca procurar recursos para su atención, vigilar a los gobiernos a que respeten los derechos humanos, elaborar leyes que ayuden a mejorar la situación de quienes migran de nuestro país a Estados Unidos y Canadá o quienes lo hacen a nuestro país como paso a nuestro vecino y, sobre todo, estar en contacto con todos los grupos interesados en este problema para hallar las mejores opciones regulatorias.
Dicho lo anterior, espero haber explicado de manera aceptable la pregunta de qué estaré haciendo desde La Curul Rosa por nuestro amado Tampico. Si hay dudas o comentarios, aquí las atenderé una vez al mes. ¡Sigamos caminando juntos!
Escribe: Rosa González Azcárraga