Palabras que hacen bien (X): inefable
Siempre existirán experiencias en nuestra vida que nos dejan sin palabras.
La RAE define inefable como aquello que no se puede expresar con palabras. Inefable es algo tan fuera de lo normal que las palabras no pueden explicarlo; esta palabra viene del latín. Ineffabilis que significa incapacidad de decir. Inefable es también una de las palabras más bonitas del mundo por el poder que encierra en la adaptabilidad a las experiencias que vivimos, sean buenas o no tan buenas.
Siempre existirán experiencias en nuestra vida que nos dejan sin palabras. También sentimientos y emociones que no alcanzan a describirse con los vocablos que nuestro idioma contempla… Y otras experiencias que nos roban el aliento, que nos resultan increíbles, situaciones o circunstancias esperadas o inesperadas, normales o anormales, deseadas o indeseadas… En fin, experiencias todas ellas que se sienten mucho más de lo que pueden expresarse.
Piénselo… cuántas veces la vida lo ha dejado sin palabras, cuantas veces le ha sorprendido así… de forma inefable… cuántas veces ha intentado buscar la mejor narrativa o las palabras más adecuadas y se queda con esa sensación de que lo dicho ha sido trunco y fragmentario. La vida es muchas veces inefable, nuestras experiencias y nuestras emociones al respeto también, hay lágrimas de felicidad y de desasosiego… hay risas incontenibles inefables, hay hallazgos, pérdidas, tristezas, alegrías, amores y desamores e, incluso, personas inefables…
En lo personal, esta palabra me apasiona por esa capacidad de hacernos callar ante lo sorprendente, ante la magnificencia de vivir… ante el asombro que es capaz de generarnos de forma permanentemente la vida. Ésa es la belleza de la incertidumbre, ése es el mensaje más sorprendente y acertado que nos da la vida todo el tiempo… vive, vive el hoy intensamente porque nunca sabremos cuando puede cambiar, cuando puede dejar de ser para convertirse en algo diferente… porque no existe una planeación tan perfecta que nos permita conocer todos los pormenores que estén por llegar… siempre… lo más seguro que tenemos son los cambios, es esa incertidumbre de vivir.
Por eso hoy lo invito a vivir intensamente cada día, a dejar que la vida lo sorprenda, a disfrutar de su presente a visualizar su futuro y a tener siempre esa voluntad de adaptarse a lo inefable de la vida, a todas esas experiencias que le dejarán en silencio y marcarán su historia.
Créame… no siempre podremos expresar con palabras lo que sentimos, pero debemos de hacer un esfuerzo permanente en analizar las palabras, los ejemplos, las fábulas… o las imágenes que más se acerquen a lo que sentimos, porque eso genera un conocimiento interno imborrable, es el aprendizaje de lo vivido, es parte de la evolución de cada uno, es la manera de construir una fortaleza mental imbatible y, sobre todo, es la potencia dinámica que nos permite valorar nuestra propia experiencia, a nosotros mismos y a nuestra vida.
Recuerde que nada de lo que nos sucede es bueno ni malo, es nuestra propia experiencia la que califica el hecho, de acuerdo con lo que sentimos y pensamos de la situación y de nosotros mismos Es mejor que estemos preparados ante lo inefable y al mensaje que esto encierra; a vivir el hoy, a ser flexible, consciente y realista sobre la vida y sobre nuestras experiencias en ella. La vida se equilibra en lo inefable, le aseguro que cada experiencia difícil trae consigo una bendición oculta y cada felicidad inmensa trae consigo una responsabilidad proporcional. Dejemos de temer al futuro, renunciemos a las cadenas del pasado y disfrutemos del presente. Dejemos que la vida nos sorprenda en ese espacio imposible de prever y elijamos convertir lo ordinario en extraordinario, créame… lo mejor siempre está por venir. Como siempre, usted elige…
¡Felices inefables, felices vidas!
Escribe: Paola Domínguez Boullosa / Excélsior