Opinión

Muchas promesas, pocas soluciones.

Se cumplieron ya dos años de la llamada Cuarta Transformación, un gobierno que prometió un cambio radical en la vida pública: un sistema de salud de primera, la pacificación del país, un crecimiento económico del 4% y la creación de 2 millones de empleos.
Dos años después es claro que esas promesas se han quedado muy alejadas de la realidad.

En materia de salud, el 16 de enero de este mismo año se nos prometió que para el pasado 1 de diciembre, nuestro sistema de salud ya sería como el de Canadá y los países nórdicos. Para esta fecha, se nos dijo, ya tendríamos un servicio de calidad y atención, y medicamentos gratuitos.

La realidad es que el día de hoy estamos más lejos que nunca de esa promesa. Prueba de ello ha sido nuestra respuesta a la pandemia, la cual ha dejado más de 100 mil muertos oficiales y el escenario seguramente empeorará drásticamente en los próximos meses.

Incluso antes de la llegada del Covid-19, nuestros problemas de salud ya eran muy graves: llevamos dos años padeciendo el peor desabasto de medicamentos de la historia reciente. Según el colectivo #CeroDesabasto, las denuncias por falta de medicamentos han aumentado casi 20 veces en este gobierno. Este problema tiene repercusiones de vida o muerte para los pacientes. Los más afectados por el desabasto son pacientes con diabetes, cáncer y VIH, enfermedades que requieren un consumo ininterrumpido de medicamentos para no volverse mortales.

En materia de seguridad, los niveles de violencia se han recrudecido: 2019 fue el año más violento en la historia del país y 2020 pinta para igualarlo o superarlo. Entre ambos, suman más de 60 mil homicidios dolosos, el doble que lo registrado en los primeros dos años del gobierno anterior. En cuanto al crecimiento económico, la meta del 4% ahora parece casi un sueño. No solo no nos acercamos a la meta, sino que casi desde el inicio del sexenio entramos en recesión económica. La crisis se ha agravado por el mal manejo de la pandemia y la negativa del gobierno de dar estímulos económicos suficientes a los pequeños y medianos empresarios.

Las promesas también se han quedado cortas en materia laboral. A la entrada del nuevo gobierno se fijó la meta de crear dos millones de empleos durante el sexenio. Hoy Banxico prevé que 2020 cierre con una pérdida de entre 700 y 850 mil empleos formales. Desde antes del inicio de la pandemia ya se veía difícil alcanzar esa meta: 2019 fue el año con menor creación de empleos formales en los últimos 10 años.

La llamada Cuarta Transformación generó en la gente las expectativas enormes. La gente le confió, con su voto, el Poder Ejecutivo y el control de ambas cámaras. Si quisieran cumplir, tendrían todas las condiciones para hacerlo. En vez de ello, han usado ese enorme poder para destruir las instituciones de la transición democrática: quieren centralizar y opacar el ejercicio del poder. Morena y sus aliados no le han sabido, ni querido corresponder a los mexicanos. No hay excusa que valga ante la penosa situación en la que tienen a nuestro país.

Por: Edmundo Marón | @monmaronmx

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