Opinión

“Mis denuncias son conjeturas… que resultaron falsas”: Rojas Díaz Durán

#HipódromoPolítico

El llamado “Perrito Pantorrillero”, Alejandro Rojas Díaz Durán, el personaje que ya es conocido en Tamaulipas como un mitómano consuetudinario, llegó al clímax de su actividad de fabricación de cuentos y pantomimas, cuando en un escrito dirigido a una agente del ministerio público de la Fiscalía General de la República, aceptó que en la denuncia, donde implica al Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca y otras personas, se trató “sólo de conjeturas” que él mismo “se hizo”, luego de publicaciones sin fundamento publicadas en algunos medios de comunicación.

Para desdecirse de sus propios dichos, expuestos en la denuncia presentada en junio de 2020, y utilizada por la Fiscalía General de la República, para pedir el desafuero del mandatario de Tamaulipas, Rojas Díaz Durán envió un escrito a la Lic. Nely Edith Escobedo Martínez, Agente del Ministerio Público de la Federación, en donde se retractó de lo que dijo en su denuncia en contra de 4 empresarios, denuncia que involucró en el caso del Gobernador de Tamaulipas.

Textualmente, en su escrito, Rojas Díaz Durán expuso a la Agente del Ministerio Público: “manifiesto que en la denuncia que presenté ante la Fiscalía General de la República con fecha del 29 de junio del 2020 y demás escritos o comparecencias que haya realizado con relación a la misma, refiero hechos que involucran a los señores Alfonso Pasquel Méndez, Bernardo Pasquel Méndez, Gerardo Pasquel Méndez y Leticia Rodríguez Villarreal, mismos que no fueron corroborados por el suscrito, sino que únicamente de los diversos medios de comunicación nacionales hice conjeturas infundadas”, dice el documento en cuestión.

Sumadas estas “lamentables” declaraciones del suplente de Ricardo Monreal, a las del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, quien también admitió ante diputados federales, que la información que sustenta la denuncia en contra del gobernador, Cabeza de Vaca, son resultado de publicaciones difundidas en medios de comunicación y tomadas del internet, ello da como resultado no sólo la falsedad de declaraciones ante una autoridad, sino que también deja de manifiesto la intencionalidad de perjudicar al Gobernador de Tamaulipas con declaraciones falsas, lo que también configura un delito llamado “difamación”.

El Ególatra de Alejandro Rojas Díaz Durán puso pies en polvorosa de Tamaulipas, ante la denuncia que pesa en su contra por difamación.

Ahora, ante estos lamentables yerros judiciales ofrecidos por Rojas Díaz Durán, y de los cuales existen constancias fehacientes, hay todos los elementos de oportunidad para denunciarlo también ante las instancias federales. El llamado perrito pantorrillero se ha paseado por todo el territorio tamaulipeco difamando al gobernador de Tamaulipas, a sus colaboradores, a alcaldes y a quien se le ponga enfrente. Sin embargo, debemos recordar que ya pesa contra él una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, razón por la que ahora, de repente, le entró el miedo de ser detenido y por eso ya frenó sus visitas a territorio tamaulipeco. Y dicen en mi pueblo que “el miedo no anda en burro”.

Así como Usted lo lee: cuando hubo respuesta judicial a su desmedida diarrea verbal, consecuencias lógicas, le llaman en mi pueblo, ahora el personaje, de una manera cobarde, decide abandonar Tamaulipas y a través de las redes sociales seguir con su andanada de difamaciones y acusaciones falsas contra todo lo que huela a Tamaulipas. ¡Que valiente quien aspira a gobernar Tamaulipas, metido debajo de su cama!

Y podrían darse más denuncias en su contra, porque ya basta de que este intento de político ande difamando sin que nadie le diga nada. ¿Por qué él sí y los otros no? O todos coludos o todos rabones dijera la Nana Goya. Asimismo, de no acudir Rojas Díaz Durán ante el representante social, podría ser presentado con ayuda de la fuerza pública ante el juez para que demuestre sus dichos, porque lo que a este boquiflojo personaje se le ha olvidado es que, en México, quien acusa, está obligado a probar. Y a él eso de probar, como que no le viene muy bien.

Escribe: Carlos Cortés / @MXCarlosCortes 

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