El Congreso sometido y la pasarela del PRI.
Responsable de la nave priista rumbo a 2024, Alito convocó a una pasarela de aspirantes presidenciales para la próxima semana, la cual podría ser el preludio de una participación electoral en solitario, noticia que ansía y promueve el oficialismo.
Envalentonado por su “acuerdo político” con el PRI, que le permitió aprobar la reforma constitucional para alargar la permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad, el oficialismo ya está pensando en otras modificaciones a la Carta Magna.
La semana pasada, opiné aquí que, avalada la reforma en el Senado, Morena y sus aliados habían encontrado el caminito para superar su carencia de mayoría calificada en ambas Cámaras. Ha bastado presionar a los legisladores del PRI con abrirles expedientes judiciales para que se pasen solícitos al bando del oficialismo.
Se trata, por cierto, de una estrategia que se emplea no sólo para ablandar a opositores rejegos. También funciona para los políticos de casa que no quieren acatar la línea, como el senador Armando Guadiana —favorito en todas las encuestas conocidas en Coahuila—, contra quien pende la amenaza de una investigación por lavado de dinero, presuntamente por no querer hacerse a un lado en la carrera por la gubernatura de esa entidad, para que sea ungido el aspirante designado por Palacio Nacional (luego nos salen con el cuento de que ya no hay dedazo).
Pero volviendo a lo que sucede en el Congreso, el gobierno se propone sacar adelante la reforma electoral e incluso volver a presentar la iniciativa de reforma eléctrica que fue bateada en abril pasado. Digo que es el gobierno el que lleva la voz cantante en este asunto, porque el Congreso, en manos del oficialismo, es una simple oficialía de partes.
El mensajero de los deseos presidenciales es el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien se ha convertido en un visitante frecuente de las instalaciones parlamentarias.
Antes incluso de que la Cámara de Diputados aprobara la minuta que había vuelto del Senado, luego de los cambios que éste le imprimió, el funcionario ya estaba anunciado una gira por los estados para aupar a los congresos locales a fin de que cumplan su papel en el proceso de modificación constitucional. Y ayer, en visita a San Lázaro, anunció que se retomará la reforma eléctrica y se impulsará la electoral con la ayuda de los diputados del Revolucionario Institucional. “Ahora las circunstancias pueden llevarnos en esa ruta”, afirmó el exgobernador de Tabasco.
Así, López Hernández desnudó al PRI, cuyo dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, ha insistido en que su partido sigue comprometido con la alianza opositora, pero, por lo visto, ha estado ocupado entregando su voluntad a Morena.
Los otros integrantes de esa tambaleante alianza (PAN, PRD y el frente de organizaciones sociales ahora agrupadas en Unid@s) dicen que la confluencia con los priistas aún es posible en los estados, “desde abajo”, pero la verdad es que ninguna candidatura común de la que sea parte el tricolor es factible —ni en el Estado de México ni en Coahuila ni en ningún lado, ni para gobernador ni para regidor siquiera—, si no lleva la firma de Alito Moreno, porque él se encargó de modificar los estatutos para que dijeran eso.
El estilo del dirigente ya cobró sus víctimas. El lunes, el exgobernador sonorense Eduardo Bours puso en pausa su militancia en el PRI, inconforme con las formas y actitudes de Moreno, que han afectado, dijo, al partido y su agenda legislativa.
Responsable de la nave priista rumbo a 2024, Alito convocó a una pasarela de aspirantes presidenciales para la próxima semana, la cual podría ser el preludio de una participación electoral en solitario, noticia que ansía y promueve el oficialismo.
Entre los invitados para hablar está la senadora Beatriz Paredes —convencida aliancista, por cierto—, quien será la primera en tomar la palabra, el lunes 17, a las 16 horas. También, Enrique de la Madrid, exsecretario de Turismo; la senadora y excanciller Claudia Ruiz Massieu; Ildefonso Guajardo, diputado federal y exsecretario de Economía; el exgobernador Alejandro Murat; José Ángel Gurría, excanciller, exsecretario de Hacienda y exsecretario general de la OCDE, así como los gobernadores Alfredo del Mazo, Esteban Villegas y Miguel Ángel Riquelme, aunque no estaba claro, al momento de escribir estas líneas, cuántos habían confirmado su participación.
Escribe: Pascal Beltrán del Río / Excélsior