Internacional

Avance en investigación nuclear iraní plantea nuevos desafíos, advierte especialista.

El doctor Raz Zimmt subraya que los Emiratos e Irán han sido socios comerciales cercanos y ha habido diálogo importante en los últimos meses entre Irán y Arabia Saudita. El sábado pasado se realizó en Bagdad una conferencia en la que participaron países árabes del Golfo, Irán, Jordania y el presidente francés, Emmanuel Macron, como invitado europeo.

CIUDAD DE MÉXICO.

¿Qué desafíos presenta Irán en el contexto internacional actual?

La república islámica ofrece tres retos que requieren abordarse mediante instrumentos distintos. El más importante, el nuclear, sus misiles de largo alcance en segundo lugar, y finalmente sus aspiraciones de extender su hegemonía en la región mediante el apoyo a milicias afines en Siria, Líbano y Gaza, por ejemplo. Para afrontar el riesgo de un Irán con armas nucleares, los actores más importantes de la comunidad internacional, encabezados por Estados Unidos, optaron por la estrategia diplomática cuando en 2015 lograron el acuerdo de Irán con el G5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania), acuerdo conocido por sus siglas en inglés como JCPOA. Otra estrategia fue la elegida por el presidente Trump, quien en 2018 decidió abandonar el acuerdo para recurrir a las sanciones, con la idea de que ello conduciría a un cambio de régimen en Irán por efecto de las presiones severas a las que quedaría sometido el país”.

El JCPOA dio a la comunidad internacional, Israel incluido, garantía de ocho años de congelamiento total del desarrollo nuclear iraní, a los que seguirían hasta otros siete años más de un avance limitado en tal propósito. No era lo óptimo, pero era lo posible. Gracias a él, Irán cumplió con lo pactado hasta 2019, cuando por efecto de la reimposición de las sanciones por Trump, Teherán reinició el enriquecimiento de uranio, con lo cual el esperado retraso de hasta 15 años, que era muy valioso, se truncó, teniendo que enfrentarnos ahora con un escenario de avance en el desarrollo nuclear iraní que debía aparecer hasta dentro de algunos años. Por otra parte, es mi consideración personal, que la política de sanciones, preferida por el expresidente Trump y por el exprimer ministro israelí Netanyahu, partían del error de confiar en el efecto de las sanciones para promover un cambio de régimen, sin considerar la inviabilidad de ello, ya que en Irán existe una sólida resiliencia para vivir dentro de una economía de resistencia. Ello sin contar con que las sanciones son usadas en la retórica oficial iraní como elemento útil para la exaltación del sentimiento nacionalista y la lealtad y el apoyo al régimen”.

¿Se han planteado otras posibles estrategias?

Sí, una tercera es la de desarrollar actividades propias de guerra fría consistentes en disrupciones en el funcionamiento de centros nucleares iraníes mediante ataques puntuales como el ejecutado contra la instalación de Natanz, ataques cibernéticos, e incluso asesinatos de científicos clave. Sin embargo, su efecto es muy limitado porque bastan lapsos relativamente cortos para estar en posibilidad de volver al punto en que se quedaron suspendidos los trabajos. Y la cuarta estrategia, la menos probable, ataques militares directos contra las instalaciones, lo cual sería extremadamente complicado, casi imposible, debido a la gran dispersión de los lugares donde operan las centrifugadoras y demás instrumentos del desarrollo nuclear iraní. Insisto en que a pesar de las fallas en el JCPOA y de mi convicción de que tendrían que mejorarse algunas de sus previsiones, se trató de la mejor opción, la menos mala de seguro”.

Dr. Raz Zimmt, Experto en Irán, adscrito al Instituto Nacional de Estudios de Seguridad de Israel (INSS).

 

¿Cree usted que existe posibilidad de regresar al acuerdo mediante las negociaciones que han estado en curso en Viena y presuntamente continuarán?

La posibilidad existe, aunque en tal caso estaríamos en una situación en la que no volveremos al statu quo que prevalecía en 2015, porque Irán, del 2019 al día de hoy, ha avanzado en la investigación y el desarrollo nuclear. Ha conseguido enriquecer uranio hasta 60% lo que lo pone muy cerca de obtener el material fisible necesario para hacerse de una bomba nuclear. Quizá uno de los errores que se cometieron antes de 2019 fue no haber aprovechado el descubrimiento israelí de los archivos de desarrollo nuclear de Irán de antes del 2003, para presionar, en el marco del propio JCPOA, hacia una mayor vigilancia de parte de los inspectores de la AIEA”.

¿Qué puede esperarse en las futuras negociaciones con la presencia de Ebrahim Raisi como nuevo presidente de Irán, siendo él un político de línea dura y conservadora?

Ciertamente las cosas serán más complicadas, ya que ha desaparecido el anterior equilibrio que había entre políticos pragmáticos como Rohani y Zarif, y los duros que hoy están en control, no sólo de la presidencia, sino de los tres poderes de la nación. Aunque por otra parte, es sabido que quien tiene la última palabra es el ayatola Khamenei junto con el Consejo de Guardianes de la Revolución, Su postura es incierta, ya que es una incógnita si les pesarán más las penurias económicas que les demandan esforzarse por poner fin a las sanciones, o si es mayor la desconfianza que tienen acerca de la seriedad y compromiso de los norteamericanos a la luz de lo que ocurrió con Trump al abandonar unilateralmente el JCPOA. Es mi consideración personal que el tema seguirá sobre la mesa de discusiones y lo ideal sería que emergiera un nuevo acuerdo porque, en caso contrario, el escenario se tornaría extremadamente peligroso”.

En cuanto a los sucesos actuales en Afganistán, ¿qué implicaciones observa para Irán, su vecino, en el que ya residen tres millones de afganos? ¿Cree usted que al ser los talibanes sunnitas e Irán el centro mundial del poder chiita, la relación entre ellos va a ser de hostilidad?

El tema de la rivalidad sunnitas-chiitas constituye una apreciación simplista. Actualmente, por ejemplo, los iraníes apoyan al Hamas y la Jihad Islámica de Palestina a pesar de ser sunnitas éstos, como también ha habido protestas y acciones anti-iraníes de parte de población chiita en Irak opuesta a la injerencia iraní en ese país. En cuanto a Afganistán, si bien es cierto que hace 20 años Irán y los talibanes fueron enemigos acérrimos, colaborando incluso el gobierno iraní con la Alianza del Norte en Afganistán, rival de los talibanes, hoy las cosas son distintas. Para Irán es conveniente no tener ya a los norteamericanos al otro lado de su frontera y su abordaje hacia Afganistán es hoy fundamentalmente de carácter pragmático a fin de salvaguardar sus intereses”.

¿Cuáles serían esos intereses?

En primer lugar, el tema de refugiados. Es importante para Irán que los talibanes sean capaces de estabilizar al país a fin de que no se desate un flujo mayor de refugiados hacía Irán que sería complicado recibir en las condiciones en que se halla el país. En segundo término, está la necesidad compartida con los talibanes, de contener y neutralizar el potencial terrorista del ISIS, enemigo de ambos, cuya peligrosidad fue evidente en los trágicos atentados del jueves pasado en las afueras del aeropuerto de Kabul. En tercer lugar, hay razones económicas, ya que ambos son socios comerciales en diversas áreas. Irán recibe, por ejemplo, abasto de agua desde su vecino afgano. Por último, en Afganistán vive una comunidad chiita, los hazares, cuya seguridad Teherán no quiere poner en riesgo. Considero que los talibanes han aprendido varias lecciones en estos 20 años y creo que no aspiran a convertirse de nuevo en un santuario para agrupaciones terroristas, especialmente de ISIS. Por supuesto, ni Irán ni los talibanes se lamentarían mucho de que hubiera actos terroristas contra Occidente o Israel, pero definitivamente no es esa su prioridad”.

Hace un año se firmaron los Acuerdos Abraham por los que Emiratos Árabes Unidos y Bahréin establecieron relaciones diplomáticas con Israel. ¿Considera que a partir de ellos se consolidan dos bloques en confrontación, los países árabes sunnitas del Golfo e Israel, por una parte, y por la otra Irán con sus aliados regionales?

A pesar de que los Acuerdos Abraham no fueron bien recibidos por Irán, eso de ningún modo implicó una ruptura de éste con los países árabes del Golfo. Los Emiratos e Irán han sido socios comerciales cercanos y ha habido diálogo importante en los últimos meses entre Irán y Arabia Saudita. De hecho, el sábado pasado se celebró en Bagdad una conferencia en la que participaron países árabes del Golfo, Irán, Jordania y el presidente francés Macron como invitado europeo. El diálogo entre el Reino Saudita e Irán da cuenta de que a pesar de sus rivalidades como las derivadas de la guerra en Yemen, mantienen contactos y ciertos intereses compartidos. Así que no se puede hablar de dos grandes bloques regionales claramente definidos”.

 

 

El panorama cambió luego del ataque contra la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, en abril pasado. Foto: AP

 

¿Ve usted probabilidad en el futuro próximo de una guerra total de Estados Unidos o Israel contra Irán?

Pienso que mientras el avance del régimen iraní en el tema nuclear sea gradual, ese escenario no está en la realidad inmediata. Sólo la certeza de la posesión en manos de Irán de la bomba, llevaría a los norteamericanos a tomar una decisión tan extrema. Para Israel, la decisión quizá sería cuando esa posesión sea inminente, aunque aún no totalmente conseguida. Las líneas rojas que marcarían una decisión radical de EU e Israel varían. También hay que decir que opera aquí la disuasión mutua para evitar ese escenario, aunque siempre hay el peligro de que algún error de cálculo pueda conducir a una guerra de gran alcance”.

¿Qué de nuevo sobre Irán dejó el reciente encuentro en Washington entre el presidente Biden y el primer ministro israelí, Naftali Bennett?

Aunque la postura oficialmente sostenida por el premier israelí es similar a la de su antecesor Netanyahu, (no aprueba un nuevo acuerdo con Irán), el abordaje ha cambiado. Se ha dejado de lado la confrontación abierta de posturas, para plantear una cooperación activa entre EU e Israel como aliados estrechos que son. Se ha afianzado la disposición a cooperar en el manejo de ese desafío de manera discreta, fuera de los medios de comunicación, independientemente de los desacuerdos que existen en cuanto a ciertas premisas que cada una de las partes maneja”.

Recientemente se registraron fuertes disturbios en provincias de Irán por falta de agua y suministro eléctrico. ¿Qué tan grave es la situación económica en el país? ¿Pueden las protestas derribar al régimen?

El excanciller Zarif ha dicho que Irán tiene un doctorado en cómo evadir las sanciones porque ha utilizado una serie de estrategias con ese fin. Pero aun así, la economía de Irán está en un estado realmente grave por sus problemas estructurales de larga data. Existe una profunda corrupción en el manejo de sus políticas públicas, además de disfunciones en varias áreas que no parecen tener solución en el corto plazo, ya que requiere de reformas profundas que no se ven en el horizonte. De hecho, los iraníes sobreviven más que viven, y la eliminación de las sanciones daría un respiro, pero sólo eso. Cuando tras el JCPOA firmas europeas exploraron la posibilidad de hacer negocios con Irán, desistieron, por no encontrar condiciones favorables a ello. Se agrega en estos momentos el golpe de la pandemia que arroja un saldo oficial de más de 100 mil muertos. El grado de disfuncionalidad puede captarse con la declaración del nuevo ministro de salud de que no aceptarán vacunas de Occidente porque vienen del enemigo. Los movimientos populares de protesta, aun cuando han sido masivos en ocasiones, no parecen ser capaces de cambiar al régimen, ya que la represión ejercida por las autoridades ha sido brutal, con gran cantidad de muertos y encarcelados”.

Por: ESTHER SHABO / Excélsior 

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