Opinión

Por un pelito.

No tiene sentido permitir que Morena gane el Estado de México en 2023 y la Presidencia en 2024 por un pelito, dice Macario Schettino.

09 Septiembre de 2022.- López Obrador sabe que tiene perdida la elección frente a la coalición Va por México. Hoy o en 2024. Por eso hace todos los esfuerzos posibles por destruirla. Aunque su debilidad es clara desde junio de 2021, cuando perdió en la elección intermedia la posibilidad de hacer reformas constitucionales, la señal contundente la recibió en su absurda revocación de mandato. De los 30 millones de votos que obtuvo en 2018, y que tanto celebraba, nada más consiguió 15 en esa ocasión.

De inmediato, Alejando Moreno, Alito, presidente del PRI, leyó esa debilidad y dejó botadas las negociaciones acerca de la reforma eléctrica, anunciando que su partido votaría en contra, y movilizando a los diputados, en actos teatrales muy exitosos. Con ello, Alito se colocaba como un potencial candidato de la alianza opositora en 2024. La respuesta no tardó: la gobernadora de Campeche se dedicó a publicar audios, videos y reportajes acerca de Alito y la riqueza “inexplicable” que ha acumulado. El caso ha llegado a una comisión instructora en Diputados, que debe determinar si procede el juicio de procedencia, es decir, el desafuero y el proceso penal en su contra.

Por otra parte, tal y como estamos ahora, el 27 de marzo de 2024 las Fuerzas Armadas no podrán participar en seguridad pública. La iniciativa que destruyó a la Policía Federal y la reemplazó con la Guardia Nacional así lo estableció. Fue una muy mala idea ese cambio, cuyo origen es el resentimiento que guarda López Obrador por Calderón, y nada más. Al poner en manos de la Defensa a la Guardia, los efectivos de la Policía fueron expulsados, o maltratados al extremo de retirarse. Al día de hoy, prácticamente todos son elementos del Ejército o la Marina, y no podrían continuar en esa función a partir de la fecha mencionada.

En realidad, eso no sería un gran obstáculo, considerando que así fue como inició la intervención del Ejército en la lucha contra el narcotráfico hace décadas. En el gobierno de Calderón no había un sustento legal para la actuación de los militares, que buscaron modificar eso varias veces, sin éxito. Ahora, quienes están preocupados por esa fecha fatal son precisamente ellos, y lograron transmitir su preocupación al PRI. La solución más fácil y eficiente a este problema sería simplemente mover la fecha, para que a inicios del siguiente gobierno se pudiese volver a pensar seriamente en este tema. No hay en este momento una solución diferente. La reforma legal impulsada por el Presidente es inconstitucional, y pronto será puesta en tela de juicio, literalmente. Aunque ya vimos que los ministros sufren para mantener la vertical, para los militares sí es un problema seguir al margen de la ley. Desde 1968 temen ser juzgados.

Es interesante que los militares hayan buscado una solución en la oposición, y no a través del gobierno que tanto les ha dado, aunque en este proceso resulte beneficiado López Obrador al debilitar la coalición. No sólo eso, sino que se evidencia la disputa interna del PRI, entre los actuales dirigentes y el coordinador en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong, responsable de la derrota de la coalición en Hidalgo, incluso más que el gobernador saliente.

Así, mientras los diputados del PRI desayunan con el general secretario, los senadores se atrincheran para detener la modificación constitucional. La coalición se tambalea, aunque tiene enfrente un triunfo determinante en 2023 en Coahuila y Estado de México. Dejarla caer daría una victoria inmerecida a López Obrador, posiblemente irremediable.

No tiene sentido permitir que Morena gane el Estado de México en 2023 y la Presidencia en 2024 por un pelito. Perdón, por un Alito.

Escribe: Macario Schettino / El Financiero

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